Exponiendo tu vida por causa del Evangelio

Buscando unos pocos hombres buenos
“...Sufriendo muchos peligros por la causa de Cristo...”, Ahora pregunto: ¿Estamos nosotros dispuestos a sufrir estos peligros para darles la oportunidad a otros que lleguen al conocimiento de Cristo? ¿Estamos dispuestos a darlo todo para que otros lleguen a experimentar el perdón de los pecados? Esta no es una labor fácil, pero aún Dios esta buscando a esos pocos “hombres y mujeres buenos” para llevar el plan de salvación al mundo. ¿Qué es lo que vamos a hacer? Debemos recuperar el Espíritu Pionero que se ha perdido para plantar iglesias en esos lugares donde no parece posible hacerlo y para llegar a esos pequeños grupos de gente a los que nadie ha llegado aún.
Miremos la vida de Hudson Taylor, quien fue al interior de la China por los años 1800 y bajo una gran dificultad pudo llevar el evangelio a aquellos que estaban en necesidad, Estudio su idioma, su cultura y amo a esa gente para que ellos tuvieran la oportunidad de la salvación por medio de Cristo. ¿Dónde esta ese ESPIRITU PIONERO de aquellos que han ido llevando la salvación por medio de Jesucristo sin saber si se volvería a oír de ellos nuevamente? Calcularon el costo y estuvieron dispuestos a entrar a lo desconocido para hacer algo que muchos no estaban dispuestos a hacer, ellos fueron definitivamente un “especie en extinción”.
Art Wiens y Jim Elliot formaron un grupo de estudiantes en el “Wheaton College” para orar por las misiones (Art Wiens sirvió por largos años como misionero en el centro de Italia y Jim Elliot llego a ser conocido como “el mártir asesinado por los indios Aucas”) ellos oraron para que 1000 estudiantes de los 1500 que tenían en total, salieran al campo misionero, en su diario de oración fueron incluidos 535 alumnos que salieron como misioneros alrededor del mundo.
¿Dónde están los apóstoles cómo Pablo? ¿Dónde están los “Hudson Taylor” de hoy? ¿Dónde están los Jim Elliot, que están dispuestos a arriesgar sus propias vidas por la causa del evangelio?
Recuerdo muchos años atrás, un misionero dijo: “nosotros compramos pasajes para los apóstoles”. ¿Dónde están los apóstoles de hoy? ¿Aquellos dispuestos a ir por las ciudades de América que están necesitando un toque de Dios? ¿Dónde están aquellos dispuestos a ir a las ciudades del mundo para llevar las buenas nuevas? ¿Dónde están aquellos que no preguntarán: “que gano yo de todo esto”? ¿”Qué voy a recibir para mi”?
Pero también están aquellos que prefieren decir: ¿Qué es lo que puedo dar? ¿Qué es lo que puedo hacer?, ¿Será usted uno de esos hombres? ¿Será usted uno de los que necesitan un pasaje de avión para llevar el evangelio? ¿O como el apóstol Pablo: un boleto en el próximo burro que va a la ciudad para compartir a Cristo?
Leí la historia de un misionero del siglo XIX, fue a India cuando su salud estaba deteriorada, y cuando ya no tenía forma de continuar con su trabajo, regresó a su hogar en Inglaterra, para rogar por misioneros que fuesen a India, en una oportunidad se paró y dijo; “cuando la Reina de Inglaterra necesita hombres y mujeres jóvenes para servir a su nación, ustedes padres, están dispuestos a dar sus hijos para las fuerzas armadas de la reina, pero cuando sus hijos jóvenes están dispuestos en ir y servir al Señor Jesús, ustedes no están dispuestos a enviarlos. Y yo les digo hoy; Si Inglaterra no tiene más hombres y mujeres jóvenes para servir al Señor en India, aunque me esté muriendo, y no tenga más fuerzas, subiré al próximo barco a India para decirle a esa gente que hay por lo menos un hombre en Inglaterra que está dispuesto a dar su vida por Cristo, por ellos y por su tierra”
Yo pregunto ¿Dónde están los jóvenes dispuestos a dar sus vidas por el evangelio? ¿Dónde están aquellos dispuestos a servir? ¿Dónde están esos “pocos hombres y mujeres buenos”?
Que usted pueda decir como Jeremías: “...Heme aquí Señor, envíame a mi...”

Por:
Rocco DiTrolio
Presidente de VEN

EL REINO DE DIOS ES COMO UN…….?

Imaginase el sonido de trompetas, el ruido del platillo, el impulso de las luces cuando la gran declaración proclama que “el reino de Dios es como un….!” Obviamente, la próxima palabra debería ser una palabra poderosa, una palabra grande, preferiblemente una palabra con muchas silabas y quizás, una palabra solamente dicha en el ámbito elevado de la educación superior. Posiblemente, una palabra como “coloso” sería apropiada. La palabra debe ser importante, enorme e impresionante. ¿Que palabra será? Las trompetas, los platillos y las luces hacen una pausa en anticipación de aquella palabra potente. Aquí está. La palabra esperada: “Una Semilla.” ¿Una semilla? ¡No es cualquier semilla! La palabra “semilla” está modificada por la palabra “mostaza”. Una de las semillas menos impresionante, casi invisible. ¿Qué es lo que Jesús quiere decirnos aquí?

En la parábola del grano de mostaza, Jesús revela un principio poderoso del reino de Dios, lo cuál tiene implicaciones importantes para nuestro enfoque entero de ministerio. Aquí está: estamos llamados a plantar semillas, no construir iglesias. Muchas veces, nuestros esfuerzos ministeriales se concentran en algo que ni podemos hacer; construir árboles. Podemos levantar algo que parece un árbol, pero no es un árbol verdadero a menos que Dios lo haga. También, podemos fabricar algo que se parece a una iglesia, pero no es una iglesia verdadera, a menos que Dios la edifique. Jesús dijo que él levantaría su iglesia. Nuestro trabajo es plantar semillas. Semillas pequeñas. Granos de mostaza. Semillas de discípulos. (“Id y hacer discípulos.”) Semillas de desarrollar líderes y semillas de iglesias hijas. Semillas de obras pequeñas de amor y compasión. Semillas de la oración fiel. El problema con plantar semillas es que no parece algo muy interesante o emocionante cuando uno lo hace. Los resultados no aparecen inmediatamente. En nuestro cultura donde “más grande es mejor” plantar semillas simplemente no encaja bien.

Sin embargo, granos de mostaza, plantados con paciencia, es exactamente como el reino de Dios. En su libro, “Viajar Ligeramente”, Eugene Patterson escribe, “Debería ser recordado que Jesús limitaba 9/10 de su ministerio a doce judíos, porque así fue la única manera para llegar a todo el mundo.” Hacer un impacto del reino da todos los granos de mostaza, los cuales Dios le ha dado a plantar.
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Por Steve Pike
Traducción Elena DiTrolio